“Somos los Lovers, los Perfect Lovers”. Con este grito de guerra, arrancamos nuestros conciertos para ofrecer a nuestro público unas cuantas píldoras de pop, durante algo más de una hora.
La banda está compuesta por Antonio, batería potente (bueno, todos los Perfect Lovers somos potentes…) que nos revienta los tímpanos en cada ensayo, rompiendo baquetas por la fuerza de los latidos de su corazón, que traduce en ritmos para marcar la base de nuestras canciones. Tito, amigo de la infancia, es el bajista perfecto (bueno, todos los Perfect Lovers somos perfectos…) para los Perfect, un músico de altura que quieren robarnos los grandes del funk, muchos jazzistas pero también algún que otro rockero inteligente. Eduardo es el alma de las canciones, dotado (bueno, todos los Perfect Lovers estamos muy bien dotados…) de una voz con carácter, muy personal, tiene también el privilegio de llevarse bien con las musas de la inspiración: escribe letras que, casi de inmediato, convertimos en canciones. Y por último, estoy yo, Juanjo, ya sabéis, el Gato Callejero (bueno, todos los Perfect Lovers somos un poco callejeros…), cronista del grupo; toco, además, el chunda chunda con la guitarra, y acompaño a Eduardo con los coros eclesiásticos.
Alfredo y Antonio son, también Lovers en la sombra, y siempre que pueden, aportan la calidad técnica del sonido y de las luces que crean el ambiente de nuestros conciertos. Cristina y Gema, nuestras bailarinas, las Perfectitas, vienen a bailar, cuando quieren, así es como nos gusta que se hagan las cosas. Y no nos olvidamos de Eva, fotógrafa oficial y primera groupie de la banda.
Nuestras canciones reflejan nuestro mundo: sueños, ilusiones, decepciones, fiestas, besos y… silencios. Bienvenidos al concierto. Y no lo olvidéis, somos los Lovers, los Perfect Lovers.
